La salud del suelo en la agricultura
En el corazón de nuestra subsistencia y del vibrante ecosistema que sostiene a nuestras comunidades, se encuentra un héroe a menudo ignorado: la salud del suelo. No es solo la base de la agricultura; es la clave para un futuro más saludable y resiliente. Cada vez más agricultores y asesores apoyan prácticas que priorizan la calidad y la salud del suelo, lo que a su vez puede mejorar el rendimiento de los cultivos, aumentar la resiliencia a largo plazo y reducir los costos de insumos. Evaluar la efectividad de estas prácticas en el suelo puede ayudar a los agricultores de hoy a tomar decisiones comerciales basadas en datos, mientras aseguran una abundante oferta de alimentos y un planeta saludable para las generaciones futuras.
- Capítulo 1: Introducción
- Capítulo 2: ¿Qué es la salud del suelo?
- Capítulo 3: Las 3 dimensiones de la salud del suelo
- Capítulo 4: Cómo interactúan las plantas con el microbioma del suelo
- Capítulo 5: Prácticas de gestión y sus beneficios
- Capítulo 6: Salud del suelo y cambio climático
- Capítulo 7: El secreto de la salud del suelo
- Capítulo 8: Prueba BeCrop®: La herramienta de toma de decisiones agronómicas para la productividad de los cultivos
- Capítulo 9: Resumen
Introducción
Desde el comienzo de la Revolución Verde en las décadas de 1950 y 1960, la agricultura moderna se ha centrado principalmente en dos de los tres componentes del suelo: sus características físicas y químicas. Estos son los atributos abióticos del suelo. Pero sabemos que la salud del suelo depende del equilibrio y la diversidad de sus organismos biológicos.
Y esto tiene sentido, ya que sólo los seres vivos pueden tener salud.
La salud del suelo ofrece innumerables beneficios a nuestras tierras de cultivo, alimentos, medio ambiente y comunidades en general. Puede ayudar a reducir la escorrentía superficial y la erosión, mejorar la calidad del agua y los hábitats de la fauna silvestre y conservar la biodiversidad.
Un suelo saludable también puede reducir los costes operativos y de insumos, aumentar los rendimientos, mejorar la resiliencia de las plantas y la resistencia a enfermedades, prevenir la compactación del suelo y ayudar a secuestrar carbono de la atmósfera.
Así que, vamos a sumergirnos en el fascinante mundo de la salud del suelo. No se trata sólo de agricultura; es la clave para un futuro más conectado, vivo y resiliente.
Contenido de apoyo
¿Qué es la salud del suelo?
Según USDA y NRCS, la salud del suelo se define como "la capacidad continua del suelo para funcionar como un ecosistema vivo vital que sustenta plantas, animales y seres humanos".
Antes de profundizar en la salud del suelo, es esencial entender qué es el suelo y el concepto de suelo como recurso y como ecosistema natural.
El suelo a menudo se clasifica según su composición proporcional de arena, limo y arcilla. También es esencial tener en cuenta otros componentes del suelo en las prácticas agronómicas, como la fracción del suelo que es materia orgánica.
¿Qué es la materia orgánica?
La materia orgánica se compone principalmente de microorganismos vivos y en descomposición y de biomasa vegetal. A menudo se considera uno de los factores principales a medir cuando se intenta comprender mejor la salud del suelo. Aunque no toda la materia orgánica es igual, a menudo une y retiene la humedad y los nutrientes de las plantas y alberga microbios del suelo que viven y se alimentan de la biomasa vegetal en descomposición. Muchos defensores de la agricultura regenerativa destacan las diferencias entre los términos tierra y suelo. La distinción que a menudo se hace es que el suelo es el componente vivo que sostiene el crecimiento de las plantas, mientras que la tierra se considera inerte o estéril.
¿Cuál es la función del suelo en nuestro ecosistema?
El suelo es la savia de nuestro entorno, influye en la calidad de nuestros alimentos, en la vitalidad de nuestras comunidades y en el bienestar de nuestro planeta. La degradación del suelo es una amenaza importante para los niveles de tierra cultivable en todo el mundo y, por lo tanto, una amenaza significativa para los esfuerzos por alimentar al planeta y apoyar la salud humana.
¿Qué es la degradación del suelo?
Según la Asociación de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un tercio de los suelos del planeta ya están degradados, y para 2050 más del 90% podrían degradarse. Son muchas las causas de la degradación del suelo, desde la contaminación y la expansión urbana hasta las prácticas agrícolas insostenibles, pasando por el cambio climático y la erosión eólica e hídrica. Los indicadores de erosión del suelo varían según la ubicación y las prácticas de manejo. En el medio oeste de EE.UU., por ejemplo, el suelo se está erosionando de 10 a 1000 veces más rápido de lo que se forma, según datos de 2023 de la National Science Foundation.
Afortunadamente, cada vez más evidencias de estudios sobre la salud del suelo muestran con certeza que el suelo es "renovable" con prácticas de agricultura regenerativa. Muchas de estas prácticas también han demostrado mejorar el crecimiento de los cultivos, apoyar la resiliencia a largo plazo y reducir los costos de insumos agrícolas cuando se integran de manera efectiva.
¿Qué factores clave afectan a la salud del suelo?
Existen varios factores que pueden afectar la salud del suelo. Comprenderlos puede ayudar a los agricultores y asesores de cultivos a tomar decisiones informadas sobre cómo cuidar mejor su suelo y mejorar su salud. Algunos de los factores clave incluyen:
Tipo de suelo
El tipo de suelo se refiere a las características físicas y químicas del suelo, como su textura, estructura, contenido en nutrientes y pH. Los distintos tipos de suelo tienen propiedades diferentes que pueden afectar la retención de agua y nutrientes, así como a los tipos de plantas que pueden cultivarse.
Clima
El clima es otro factor importante que puede afectar la salud del suelo. La temperatura, la humedad y la precipitación juegan roles en los niveles de humedad y nutrientes del suelo. Comprender el clima local puede ayudar a los agricultores y asesores a elegir cultivos adecuados para las condiciones locales y desarrollar estrategias de riego y fertilización apropiadas.
Plagas y enfermedades
Las plagas y enfermedades también pueden tener un gran impacto en la salud del suelo. Algunas plagas, como los insectos y los nematodos, pueden dañar directamente las plantas y la estructura del suelo, mientras que otras, como los hongos y las bacterias, pueden causar enfermedades que debilitan o matan a las plantas.
Conocer los tipos de plagas y enfermedades presentes en un área y tomar medidas para prevenirlas o controlarlas puede ayudar a los agricultores y asesores a mantener la salud del suelo y proteger los cultivos.
Prácticas de gestión
Las prácticas de gestión, como el laboreo o labranza, el riego y la fertilización, pueden tener un gran efecto en la salud del suelo.
Gestionar adecuadamente estas prácticas puede ayudar a mejorar la estructura del suelo, aumentar la disponibilidad de nutrientes y reducir el riesgo de erosión del suelo. Comprender las mejores prácticas de manejo para un tipo de suelo y clima particulares puede ayudar a los agricultores y asesores de cultivos a mejorar la salud del suelo y aumentar la productividad de los cultivos.
En las siguientes secciones, analizaremos diferentes prácticas de manejo que incorporar para favorecer la salud del suelo a largo plazo.
Las 3 dimensiones de la salud del suelo
¿Cuáles son las tres dimensiones de la salud del suelo?
- Física del suelo
- Química del suelo
- Biología del suelo
Muchos científicos y agrónomos dividen la salud del suelo en tres componentes principales: físico, químico y biológico. Históricamente, los componentes físicos y químicos han sido el enfoque principal de las herramientas agronómicas. Los componentes biológicos se han ignorado en gran medida porque, hasta hace poco, resultaba difícil y costoso evaluarlos.
Es importante tener en cuenta que los tres componentes de la salud del suelo no existen de manera aislada. Están involucrados en una amplia gama de procesos interconectados. La biología del suelo, que incluye bacterias, hongos, protozoos y nematodos, influye en las características físicas del suelo, como su textura y porosidad.
Lo hace a través de la bioturbación, el proceso por el cual los microorganismos mueven físicamente el suelo y crean pequeños canales.
A su vez, las características físicas del suelo, como la capacidad de retención de agua, influyen en los microbios y potencialmente seleccionan especies que pueden o no prosperar en ciertas condiciones de humedad. Estos son solo dos ejemplos de la amplia gama de procesos físicos, biológicos y/o químicos que se relacionan con la salud del suelo y apoyan los ciclos de vida de plantas, microorganismos y animales, incluidos nosotros mismos.
I. Física del suelo
¿Qué es la física del suelo?
La física del suelo y los aspectos físicos de la salud del suelo se refieren a varios factores, como la porosidad, la aireación, la textura y la compactación, así como la capacidad de infiltración y retención de agua. Estos factores combinados informan sobre la capacidad de un suelo para absorber y retener nutrientes, agua y materia orgánica. Cada suelo es único debido a la variabilidad de su composición y a variables regionales como el clima y los patrones meteorológicos. Recopilar información sobre lo que es típico en tu región es el mejor paso para empezar a controlar la salud del suelo en lo que respecta a su física.
¿Cuáles son los distintos tipos de suelo en la agricultura?
Podemos examinar más detenidamente los distintos tipos de suelo y las ventajas o desventajas que pueden tener. Hay suelos con arena, arcilla y limo, así como marga. A menudo, están mezclados entre sí y varían dentro de un área. Las partículas de arena son las más grandes en tamaño y las de arcilla las más pequeñas. Si bien generalmente separamos el suelo en categorías de arena, arcilla y limo, es importante tener en cuenta que la mayoría de los suelos son una mezcla de los tres, con cambios en los porcentajes relativos de cada componente. Esto puede tener ventajas y desventajas en cuanto a la retención de humedad y nutrientes. Por ejemplo, los suelos arenosos tienden a drenar fácilmente y necesitan ayuda de manejo en cuanto a la capacidad de retención, mientras que los suelos arcillosos, con su capacidad para retener humedad y nutrientes, pueden no drenar tan fácilmente y tener dificultades con las precipitaciones intensas.
A medida que experimentamos patrones climáticos más extremos, saber cómo mitigar y manejar de manera efectiva tu tipo de suelo particular es un recurso valioso que podemos ayudarte a agregar y fortalecer con el análisis biológico del suelo.
¿Qué son los suelos anaeróbicos?
El suelo con un equilibrio adecuado de aireación y humedad es esencial para apoyar tanto los cultivos como las poblaciones microbianas del suelo. Los suelos encharcados se vuelven anaeróbicos, lo que puede matar a los microbios aeróbicos beneficiosos y favorecer a los patógenos. Mientras que los suelos más arenosos o más gruesos pueden tener dificultades para retener la humedad y crear un entorno desafiante para la germinación de semillas, el crecimiento de raíces y los microbios del suelo que también requieren humedad para apoyar su metabolismo.
¿Qué es la compactación del suelo?
La compactación del suelo es el proceso por el cual las partículas del suelo se presionan entre sí, reduciendo el espacio poroso entre ellas. Esto reduce la capacidad del suelo para retener y conducir el agua, los nutrientes y el aire, que son esenciales para la actividad saludable de las raíces de las plantas. El suelo compactado tiene mayor densidad y menor espacio poroso, lo que resulta en una disminución de la infiltración y el drenaje de agua. Esto puede provocar escorrentías superficiales, encharcamientos y limitar el crecimiento de las plantas. La compactación del suelo es a menudo causada por maquinaria pesada o tráfico continuo, y se puede mitigar mediante prácticas como evitar trabajar en suelos húmedos, utilizar métodos mecánicos para romper el suelo compactado e introducir prácticas de labranza de conservación, como la labranza reducida o sin labranza.
¿Qué es la siembra directa o labranza cero?
La siembra directa es una técnica agrícola que permite cultivar cosechas o pastos sin alterar el suelo mediante la labranza. Algunas de las ventajas de la siembra directa son:
- Reducción de la erosión del suelo, la escorrentía de nutrientes y las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Aumento de la infiltración de agua en el suelo y de la retención de materia orgánica.
- Mejora de la biodiversidad del suelo y del ciclo de los nutrientes.
- Reducción de los costes de combustible y mano de obra de los agricultores.
Convencionalmente, los agricultores han confiado en la labranza antes de sembrar cada cultivo para limpiar el suelo y airearlo. Aunque la labranza afloja la compactación del suelo y lo airea eficazmente, una labranza excesiva cada año puede degradar la textura del suelo y perturbar las poblaciones microbianas. Se ha demostrado que la labranza excesiva agota la materia orgánica y, con el tiempo, puede empeorar la textura del suelo.
Los agricultores están utilizando cada vez más la labranza vertical, la labranza en franjas u otros implementos de labranza mínima que reducen la perturbación física del suelo en comparación con los discos o los arados de cincel. Estos implementos son menos perturbadores para el microbioma y sirven como una solución efectiva para los suelos donde la compactación no se puede gestionar adecuadamente solo con cultivos de cobertura.
¿Qué son los cultivos de cobertura?
Los cultivos de cobertura son plantas cultivadas principalmente para mejorar la salud del suelo, gestionar la disponibilidad de agua, suprimir las malas hierbas, controlar plagas y enfermedades, y aumentar la biodiversidad en una explotación agrícola. A diferencia de los cultivos comerciales cultivados para obtener ganancias, como el maíz o la soja, los cultivos de cobertura generalmente se plantan en campos que de otro modo permanecerían desnudos entre las temporadas de cultivo, protegiendo el suelo de la erosión y la pérdida de nutrientes. Ejemplos incluyen mostaza, alfalfa, centeno, tréboles, alforfón, caupí, rábano, veza, pasto sudán y guisantes de invierno austriacos. Además, los microbios beneficiosos pueden producir metabolitos, como exopolisacáridos, que mejoran la salud del suelo al favorecer su estructura, el ciclo de los nutrientes y la supresión de enfermedades.
¿Qué es la producción de exopolisacáridos?
La producción de exopolisacáridos puede considerarse el "pegamento" del suelo, ya que favorece la agregación y mejora la capacidad del suelo para mantener la capacidad de retención de agua. Esto es particularmente importante para que las raíces accedan y retengan agua y nutrientes esenciales. La producción de exopolisacáridos no solo ayuda a crear texturas saludables del suelo, si no que también puede influir en el rendimiento de los cultivos. En Biome Makers ayudamos a agricultores y asesores a descifrar las bacterias y los hongos que producen metabolitos secundarios beneficiosos como los exopolisacáridos.
II. Química del suelo
¿Qué es la química del suelo?
La química del suelo se refiere a la medición de la composición química naturalmente presente en el suelo. Generalmente, los agricultores y asesores de cultivos están interesados en una serie de variables que les informan sobre lo que ocurre en el suelo, como el pH, la capacidad de intercambio catiónico, el nivel de materia orgánica y macronutrientes como el nitrógeno, el fósforo y el potasio. También es común buscar información diagnóstica relacionada con micronutrientes, incluyendo Fe, Ca, Zn, Mn, Mg, Cu, B, azufre y cloro.
Existen varios tipos de análisis químicos del suelo para obtener datos sobre estos elementos. Merece la pena investigar sobre ellos para elegir las pruebas que le proporcionarán el tipo de información que buscas. Con datos sobre la composición química del suelo, los administradores de tierras pueden tomar decisiones informadas sobre las prácticas de manejo, como la adición o reducción de compost, labranza, cultivos de cobertura y uso de fertilizantes/herbicidas. También estarán mejor informados sobre qué cultivos plantar y mejor preparados para gestionar el riesgo de toxicidad por metales pesados.
Los niveles normales de diferentes elementos variarán según el tipo de suelo y la región. Recopilar datos históricos es el mejor lugar para comenzar, para saber si tu suelo está experimentando deficiencias o exceso de ciertos elementos, lo que podría estar causando estrés a sus cultivos. Los niveles normales de elementos variarán según el pH, el tipo de suelo y el tipo de cultivo. La región también determinará las elecciones de prácticas de manejo. Una vez conocidas las cantidades de elementos de interés disponibles para las plantas, puedes empezar a tomar decisiones de gestión con conocimiento de causa. Históricamente, aquí es donde se ha detenido la gestión agrícola, considerando conjuntamente la física y la química del suelo y tratando después los suelos en busca de deficiencias.
Hay varios métodos diferentes de análisis químico del suelo que puede considerar a medida que reúne información sobre tu suelo. Dos pruebas populares para el análisis de macronutrientes y fertilidad son las pruebas de Mehlich y Haney. Difieren en sus ofertas de productos y hay ventajas y desventajas en su uso.
¿Qué es la prueba de Mehlich?
La prueba de Mehlich es más ampliamente establecida y fue uno de los primeros tests "universales" que puede evaluar los niveles de cada nutriente estándar en un suelo utilizando solo un conjunto de reactivos químicos. Dos versiones de la prueba de Mehlich, la Mehlich 1 y la Mehlich 3, continúan siendo ampliamente utilizadas como evaluaciones de fertilidad química para una amplia variedad de regiones y tipos de suelo en los EE. UU.. Uno de los inconvenientes de la prueba de Mehlich es que utiliza una digestión ácida fuerte para informar sobre la disponibilidad de nutrientes. Si bien este método puede mostrar lo que está químicamente disponible en el suelo, no imita ni representa necesariamente lo que está disponible para la planta. Además, sólo representa formas singulares de nitrógeno, fósforo y potasio, cuando ahora sabemos que las plantas dependen de múltiples formas de N, P y K.
¿Qué es la prueba Haney?
La prueba Haney, una prueba de suelo relativamente nueva, utiliza tanto una extracción basada en agua como la extracción H3A de un conjunto de ácidos orgánicos (oxálico, málico, cítrico). La extracción con agua evalúa los niveles de C, N y P (carbono, nitrógeno y fósforo) orgánicos que los microbios del suelo pueden transformar en formas disponibles para las plantas. La extracción con H3A es un reactivo diseñado para imitar los exudados naturales de las raíces de los cultivos, que están compuestos por diversos ácidos orgánicos. Su objetivo es representar los nutrientes de N, P y K disponibles para las plantas, proporcionando datos sobre su disponibilidad y también sobre un conjunto de micronutrientes. La prueba Haney también integra una prueba de respiración del suelo que proporciona una indicación de la actividad microbiana. Este valor se utiliza para estimar el grado en que los microbios utilizarán el carbono y desbloquearán el N y el P. Dado que esta prueba ha estado disponible durante un tiempo relativamente corto, hay menos bibliografía publicada sobre los niveles que son típicos por región.
La prueba Haney es uno de los primeros tipos de pruebas químicas del suelo en reconocer el papel integral que desempeñan los microbios del suelo en el suministro de nutrientes a los cultivos, proporcionando una relación C:N y una recomendación de mezcla de cultivos de cobertura.
Con estudios actualizados sobre el microbioma del suelo, ha quedado claro cómo las interacciones microbianas juegan un papel decisivo en la salud del suelo.
III. Biología del suelo: El microbioma y más
¿Qué es el microbioma del suelo?
El microbioma del suelo se refiere a la comunidad de microorganismos, incluidas bacterias, arqueas, hongos, virus y otros organismos microscópicos que habitan en el suelo. Este complejo y diverso ecosistema de microorganismos desempeña un papel crucial en diversas funciones del suelo, como el ciclo de los nutrientes, la descomposición de la materia orgánica y la salud de las plantas. El microbioma del suelo es esencial para mantener su fertilidad y favorecer el crecimiento de las plantas. Tiene el potencial de influir tanto positiva como negativamente en la salud de las plantas y la productividad de los cultivos.
¿Cómo afecta el microbioma del suelo a la salud de las plantas?
Estamos acostumbrados a observar el suelo y cuantificar los niveles de nitrógeno y fósforo como hacemos con los niveles de colesterol alto y bajo en nuestro torrente sanguíneo.Sin embargo, al igual que ocurre con la salud humana, hoy sabemos que la salud del suelo es mucho más que eso. No basta con tener grandes cantidades de nitrógeno disponible para las plantas si no disponemos de comunidades microbianas que lo absorban y lo hagan llegar a las plantas. Lo mismo ocurre con el fósforo y el potasio, y ahí es donde entra en juego el análisis de la biología del suelo. Los agricultores se encuentran a menudo con situaciones en las que los análisis químicos de nutrientes parecen óptimos, pero siguen experimentando bajos rendimientos o deficiencias de nutrientes en sus análisis de tejidos. Estas situaciones nos han llevado a centrarnos más en la biología del suelo como factor agronómico. Sabemos que los microbios del suelo pueden afectar a la salud del suelo de al menos cinco formas clave.
5 formas clave en las que los microbios del suelo afectan a la salud del suelo
- Riesgo de enfermedades: Los microbios del suelo pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades en las plantas compitiendo con microbios patógenos por nutrientes y espacio. Algunos microbios del suelo también producen antibióticos u otros compuestos que pueden inhibir el crecimiento de patógenos.
- Adaptación al estrés: Los microbios del suelo pueden ayudar a las plantas a adaptarse al estrés ambiental, como las temperaturas extremas o la sequía. Por ejemplo, algunas bacterias y hongos pueden producir compuestos que ayudan a las plantas a tolerar la sequía, mientras que otros pueden aumentar la tolerancia de las plantas a temperaturas extremas.
- Ciclo de nutrientes: Los microbios del suelo descomponen la materia orgánica, liberando nutrientes que las plantas pueden absorber. También ayudan a convertir nutrientes inorgánicos, como el nitrógeno y el fósforo, en formas que las plantas puedan utilizar.
- Producción de hormonas: Algunos microbios del suelo producen hormonas u otros compuestos que promueven el crecimiento que pueden ayudar a las plantas a crecer y desarrollarse. Por ejemplo, algunas bacterias producen auxinas, que son hormonas que estimulan el crecimiento de las raíces y ayudan a las plantas a absorber los nutrientes.
- Biocontrol: Los microbios del suelo también pueden desempeñar un papel en el control de plagas y enfermedades. Por ejemplo, algunas bacterias y hongos producen compuestos que pueden inhibir el crecimiento de insectos plaga u hongos, mientras que otros pueden estimular el crecimiento de insectos u hongos depredadores que se alimentan de las plagas.
Los microbios desempeñan un papel increíblemente importante en varios ciclos elementales, ya sea actuando como fijadores de nitrógeno, solubilizadores de potasio y fósforo, secuestradores de carbono o produciendo metabolitos secundarios, como los sideróforos que desbloquean el hierro y otros nutrientes del perfil del suelo. En una cucharadita de suelo, en promedio existen 10,000 especies diferentes de microbios, una comunidad biodiversa responsable de diferentes funciones del suelo.
¿Qué es la biodiversidad del suelo?
La biodiversidad evalúa la comunidad de vida microbiana que existe en el suelo, basándose en la taxonomía. Tiene en cuenta todas las especies de hongos, bacterias y arqueas identificadas en cada muestra. Se basa en el número de especies presentes, la uniformidad (abundancia relativa) entre especies y la similitud taxonómica.
¿Qué es la funcionalidad del suelo?
La funcionalidad se evalúa en función de la cantidad de funciones ecológicas desempeñadas por los microbios del suelo en una muestra. A diferencia de la biodiversidad, que se basa en la identidad de las especies, esta métrica se basa únicamente en las funciones microbianas. La resiliencia es un índice ecológico basado en la capacidad de las comunidades o poblaciones para permanecer inalteradas cuando se ven estresadas por una perturbación como una sequía, una inundación, labranza o un patógeno en el suelo.
¿Qué es la calidad del suelo?
La calidad del suelo se refiere a la capacidad del suelo para funcionar como un sistema vivo que sustenta la vida vegetal, animal y humana. Abarca las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, con un énfasis creciente en el microbioma del suelo y su impacto en la salud del suelo. El microbioma del suelo (bacterias, arqueas y hongos) desempeña un papel vital en las funciones biológicas del suelo, afectando a la agricultura, la calidad del aire y del agua, la biodiversidad y mucho más.
Todos estos aspectos influyen en la calidad general del suelo, que también está influenciada por la ecología y la sinergia microbiana. Los valores bajos en el índice de Calidad del Suelo son indicadores de prácticas intensivas que pueden degradar la salud del suelo, mientras que los índices altos están vinculados a prácticas regenerativas, como cultivos de cobertura, labranza de conservación, enmiendas orgánicas y productos biológicos/biostimulantes.
Cómo interactúan las plantas con el microbioma del suelo
¿Cómo interactúan las plantas con el suelo?
Las plantas interactúan con el suelo a través de una relación compleja con varios microbios. Aunque la agronomía convencional suele considerar los microbios del suelo como posibles causantes de enfermedades, es esencial reconocer sus funciones beneficiosas para el ciclo vital natural de la planta. Los microbios, que van desde aquellos en el aire y el suelo hasta los endófitos dentro de los tejidos vegetales, desempeñan funciones simbióticas fundamentales en los procesos de germinación, crecimiento, establecimiento de las raíces y absorción de nutrientes de las plantas. Esta red interconectada de bacterias y hongos contribuye a la salud general, el rendimiento y la productividad de las plantas. De hecho, las plantas juegan un papel en la selección de microbios, incluyendo la recompensa a los microbios beneficiosos en la rizosfera.
¿Qué es la rizosfera?
La fina capa de suelo que rodea el sistema radicular de la planta se denomina rizosfera, y es aquí donde la planta es en realidad un motor importante en la selección de microbios que pueden desempeñar funciones simbióticas para apoyar su crecimiento. Para ello, las plantas liberan exudados radiculares, metabolitos ricos en carbono y compuestos que los microbios utilizan como combustible y reciben como señales de comunicación. A través de estos alimentos microbianos y señales metabólicas, las plantas recompensan y seleccionan a los microbios que pueden suministrar lo que necesitan, como nutrientes o metabolitos que pueden ayudar a la planta a enfrentar factores de estrés ambiental.
Una rizosfera del suelo sana no sólo está formada por los microbios beneficiosos comunes de los que hablamos mucho en agricultura, como los fijadores de nitrógeno como las leguminosas, sino por una intrincada red de funciones ecológicas que en muchos aspectos se asemeja a una cadena alimentaria. Los microbios absorben, metabolizan, transforman y liberan constantemente diversos nutrientes en el perfil del suelo. De hecho, microbios como los hongos micorrícicos participan en una relación simbiótica multidireccional, colaborando con otros microbios para adquirir nutrientes.
¿Qué son los hongos micorrícicos?
En concreto, los hongos micorrícicos desempeñan un papel crucial en la transferencia de nutrientes de las bacterias a las raíces de las plantas. Estos hongos, entre otros, no solo ayudan en la asignación de nutrientes, sino que también actúan como mecanismo de defensa contra patógenos y nematodos. Los hongos micorrícicos arbusculares, u hongos endomicorrícicos, colonizan las estructuras internas de las raíces de las plantas, extendiendo su biomasa más allá de las raíces para acceder a nutrientes esenciales. Suelen formar asociaciones mutualistas con cultivos herbáceos anuales como el maíz y la soja. Por otro lado, los hongos ectomicorrícicos colonizan las superficies externas de las raíces de las plantas y tienden a formar relaciones simbióticas con cultivos leñosos perennes como árboles y arbustos. Ambos tipos de micorrizas contribuyen significativamente a promover el crecimiento de las plantas, mejorar su tolerancia a la sequía, facilitar la acumulación de nutrientes y aumentar su resistencia a plagas y patógenos.
¿Cómo colaboran las bacterias y los hongos para mejorar la salud del suelo?
Las bacterias y los hongos también pueden favorecer el crecimiento de las plantas liberando ácidos orgánicos en el suelo. Estos ácidos ayudan a desbloquear el fósforo, el potasio y otros nutrientes que están atrapados en el suelo, disolviéndolos esencialmente de los enlaces minerales apretados con otros compuestos, haciendo que los nutrientes estén disponibles para su absorción por las plantas.
BeCrop® Test puede ayudar a determinar si las muestras de suelo contienen niveles suficientes de estos importantes microbios desbloqueadores de macronutrientes. El informe sobre la salud del suelo que acompaña a BeCrop® incluye métricas que evalúan el potencial de solubilización de fósforo y potasio del microbioma del suelo. Si las métricas de las vías de P y K son bajas, un inoculante que suministre microbios solubilizadores de P y K puede ayudar a abordar el problema.
¿Qué son los promotores del crecimiento vegetal?
Además de proporcionar nutrientes a las plantas desbloqueándolos o fijándolos, los microbios del suelo también pueden producir otros metabolitos que ayudan en el crecimiento de las plantas. Estos incluyen hormonas reguladoras del crecimiento vegetal (PGR), como la auxina, la citoquinina y la giberelina. Muchos de estos metabolitos son producidos naturalmente por las plantas y cumplen roles vitales en la regulación de la división celular, el crecimiento y la senescencia. Las PGR son parte de un grupo más grande de metabolitos conocidos como fitohormonas, responsables de una amplia gama de funciones relacionadas con el crecimiento y la tolerancia al estrés de las plantas. Los microbios simbióticos pueden proporcionar a las plantas un impulso de estos metabolitos cuando los necesitan. Las PGR, o sus alternativas sintéticas, han demostrado aumentar el crecimiento de los cultivos cuando se aplican como productos foliares. Cuando son producidas por microbios en la rizosfera, estas PGR también pueden promover el crecimiento de las raíces.
¿Qué hacen las hormonas en el suelo?
Las hormonas, como el ácido salicílico, el ácido abscísico y la ACC-desaminasa, actúan como hormonas de respuesta al estrés. Al igual que nuestro sistema inmunológico se activa cuando contraemos un virus o estamos bajo estrés, estas hormonas ayudan a las plantas a manejar el estrés causado por patógenos, sequía, calor, salinidad y otros factores ambientales, haciéndolas más resistentes a factores que limitan el rendimiento y que están fuera de nuestro control. Otros metabolitos no PGR, como los sideróforos y los exopolisacáridos, también pueden mejorar el crecimiento y el vigor de las plantas al hacer que los nutrientes sean más biodisponibles y mejorar la porosidad del suelo.
El informe BeCrop® incluye métricas que evalúan los niveles de microbios que producen todos los metabolitos y PGR mencionados, así como los microbios del suelo que promueven la tolerancia a la sal en los cultivos y mejoran la resistencia a la fitotoxicidad de metales pesados. De hecho, hay microbios que pueden prevenir que el exceso de sal y metales pesados sean asimilados por las plantas, así como microbios que pueden ayudar en la tolerancia a las cantidades presentes. Toda esta información está incluida en la sección del informe BeCrop® titulada “Adaptación al Estrés”, que proporciona información sobre qué tan efectivamente la biología del suelo puede mitigar los efectos de varios factores estresantes.
Prácticas de gestión y sus beneficios
¿Cuáles son los 5 principios para mejorar la salud del suelo?
Un suelo saludable no se consigue de la noche a la mañana. Los siguientes principios son clave para promover la salud del suelo:
- Minimizar la perturbación o alteración del suelo
- Proteger el suelo
- Diversificar el paisaje
- Promover la biodiversidad por encima y por debajo de la superficie del suelo
- Integrar el ganado mediante el pastoreo (opcional)
¿Cuáles son las principales prácticas de gestión y sus beneficios para la salud del suelo?
Todas las explotaciones son diferentes y tienen necesidades distintas. A continuación compartimos algunas prácticas de gestión para que puedas explorar cuáles son las más adecuadas para ti.
Reducir la labranza de inversión y el tráfico del suelo: La mayoría de los métodos de labranza de inversión (por ejemplo, arado de vertedera) y no inversión (por ejemplo, arado de cincel) compactan el subsuelo si no se gestionan con mucho cuidado, creando capas de labranza que restringen el crecimiento de las raíces y el acceso de los cultivos al agua y nutrientes en el subsuelo. La labranza excesiva también puede alterar los agregados del suelo y exponer la materia orgánica, lo que aumenta la tasa de descomposición y pérdida de materia orgánica. Los métodos de labranza de inversión exponen el suelo a la erosión al reducir la cobertura proporcionada por los residuos de cultivos. Además, la labranza puede interrumpir la red hifal de los hongos micorrícicos que suministran nutrientes y agua a las raíces de las plantas.
Bajo la gestión de labranza de conservación, la diversidad y abundancia de depredadores de artrópodos asociados con la superficie del suelo pueden ser mayores en comparación con la labranza de inversión convencional, ayudando a controlar naturalmente los insectos plaga. Los insectos beneficiosos que habitan en el suelo también son más propensos a sobrevivir en campos donde se utilizan métodos de no inversión. Además, la labranza de no inversión causa menos disturbios en el suelo y, por lo tanto, menos mortalidad directa de organismos beneficiosos del suelo en comparación con las prácticas de labranza de inversión.
En ciertos sistemas de producción, todavía es necesaria algo de labranza, especialmente en sistemas orgánicos donde no se utilizan herbicidas para el control de malezas. En tales casos, es importante compensar la mayor tasa de descomposición de materia orgánica aumentando los insumos de residuos de cultivos, estiércol o compost. Para reducir la intensidad de la labranza con el tiempo, un método comprobado es integrar varios años de un cultivo perenne en una rotación con cultivos anuales que requieren labranza. Al minimizar la labranza, puedes asegurar tu capa superior de suelo saludable y garantizar la vida de los millones de microorganismos que existen en tu suelo.
Cultivos de cobertura: Los cultivos de cobertura contribuyen con muchos beneficios a la salud del suelo. Reducen el riesgo de erosión al mantener el suelo cubierto entre temporadas de cultivo. Pueden aumentar los niveles de materia orgánica si se devuelven al suelo. Dependiendo del tipo, sus raíces pueden crear macroporos, aliviar la compactación, promover la agregación y estabilizar el suelo. Las especies de cultivos de cobertura que albergan hongos micorrícicos o bacterias de rizobio en sus raíces pueden promover el crecimiento de poblaciones de estos hongos beneficiosos. Los cultivos de cobertura también pueden retener nitratos y otros nutrientes que son susceptibles a pérdidas por lixiviación.
Aumentar los insumos de materia orgánica: Para mantener o aumentar los niveles de materia orgánica del suelo, los insumos de materia orgánica deben igualar o superar las pérdidas debido a la descomposición. Los cultivos saludables pueden ser una valiosa fuente de materia orgánica, y los residuos de cultivos deben devolverse al suelo tanto como sea posible. La incorporación de cultivos de cobertura o cultivos perennes, estiércol y compost también puede utilizarse para aumentar o mantener la materia orgánica en el suelo.
Prevenir la compactación del suelo: La compactación del suelo ocurre cuando el suelo está expuesto a tráfico excesivo de personas y equipos, especialmente cuando el suelo está húmedo. Cuando el suelo se comprime, el espacio poroso se reduce y la densidad aparente aumenta. Esto conduce a una mala infiltración y drenaje del agua, lo que contribuye a un mayor escurrimiento. La compactación dificulta que las raíces de las plantas crezcan en el suelo, y tener menos espacio poroso también reduce los hábitats de muchos pequeños organismos del suelo.
Optimizar los insumos agrícolas: Los insectos beneficiosos que contribuyen al control biológico de plagas pueden verse afectados por la aplicación de insecticidas de amplio espectro. El enfoque ecológico para la gestión de cultivos mantiene la biodiversidad con el objetivo de preservar los organismos beneficiosos.
Rotación de cultivos: Las rotaciones de cultivos diversas facilitan una mayor biodiversidad tanto por encima como por debajo del suelo e interrumpen los ciclos de vida de plagas y enfermedades que se alimentan de cultivos específicos, evitando que se pueblen en las tierras agrícolas.
Gestionar los nutrientes: El tipo, cantidad y momento de las aplicaciones de fertilizantes pueden ayudar a optimizar los costos de insumos y minimizar el exceso de nutrientes, lo que puede ser perjudicial para las plantas. Por ejemplo, altos niveles de nitrógeno soluble en los suelos pueden comprometer la resistencia de las plantas a las plagas. Al gestionar los nutrientes, es importante también alimentar a los macro y microorganismos en el suelo. El calcio es una fuente importante de alimento para las lombrices de tierra, y el uso de insumos con efectos verificados en el microbioma del suelo ayudará a garantizar que los ciclos de nutrientes a largo plazo no se vean comprometidos en beneficio de una aplicación única de nutrientes. También es importante diversificar las fuentes de nutrientes para evitar la acumulación excesiva y mantener el equilibrio.
Analizar y filtrar el agua de riego: La calidad del agua a menudo se pasa por alto como una fuente de contaminación para los cultivos y la microbiota del suelo. Sin embargo, se ha encontrado que el agua de riego es un factor importante en la diversidad bacteriana del suelo. El cloro y la cloramina se agregan a casi todos los suministros de agua municipales en países desarrollados, y actúan como antibióticos de amplio espectro en el suelo. Las aguas residuales tratadas pueden tener efectos similares de eliminación de microbiomas, potencialmente alimentando el desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos, así como introduciendo patógenos nocivos a las plantas y los humanos. El agua de pozo o el riego con agua de río pueden plantear problemas por la contaminación río arriba, aunque tienden a ser fuentes de agua mucho más limpias. La única forma de saber con certeza cómo tu agua de riego está afectando al microbioma del suelo es probar el agua y/o el suelo. La filtración directamente en la salida de riego puede ser la mejor opción para garantizar que los microbios del suelo no sean eliminados por contaminantes solubles. Los filtros de carbono e incluso las presas de compost son formas asequibles de filtración.
Emplear prácticas agroforestales: La agrosilvicultura es un enfoque integrador, intensivo, intencional e interactivo. Cada uno de los sistemas de manejo de cultivos a continuación pueden tener un enorme impacto en la calidad del suelo para la agricultura y para el planeta en general.
- Cortavientos: Los cortavientos consisten en árboles y arbustos plantados en una línea. Su propósito es frenar el viento, lo que crea condiciones más beneficiosas para los suelos y los cultivos. Las prácticas de cortavientos controlan la erosión del suelo y mejoran la producción de cultivos al proteger los cultivos sensibles de las condiciones climáticas intensas.
- Cultivo en callejones: El cultivo en callejones combina árboles plantados en una o varias filas con cultivos cultivados en los amplios callejones entre las filas de árboles. Los cultivos especiales se pueden cultivar en los callejones, utilizando el microclima creado por los árboles para estimular la materia orgánica del suelo, proteger el suelo y servir como una herramienta poderosa para la captura de carbono.
- Franjas ribereñas, buffer ribereño o zonas de amortiguación ribereñas: Las zonas de amortiguación forestal ribereñas son franjas de vegetación permanente, como árboles, arbustos y gramíneas. Estas plantas se sitúan entre las tierras agrícolas y las masas de agua (ríos, arroyos, lagos y humedales) para reducir la escorrentía y la contaminación difusa.
- Silvopastura: El sistema silvopasturil es la integración de árboles y pastoreo rotacional, donde las operaciones ganaderas comparten espacio en la misma granja que la producción de cultivos. Esta práctica combina árboles con forraje (pastos o heno) y ganado. Los árboles pueden proporcionar alimentos, combustible, forraje y fibra tanto para el consumo humano como animal.
La agrosilvicultura te permite transformar tu granja en un ecosistema que mejora la calidad y salud del suelo, preserva el aire y el agua, y fortalece la biodiversidad por encima y por debajo del suelo.
Preguntas frecuentes sobre prácticas de manejo
P. ¿Cómo puedo preservar la estructura y salud del suelo a través de la labranza?
R. Emplea técnicas alternativas como el acolchado o cultivos de cobertura para minimizar la labranza, preservando la estructura del suelo y previniendo problemas como la erosión y la pérdida de nutrientes.
P. ¿Qué cultivos de cobertura mejoran la salud del suelo y cómo los uso?
R. Opta por cultivos de cobertura que contribuyan a la estructura del suelo, reduzcan la erosión, añadan nutrientes, supriman malezas y atraigan insectos beneficiosos. Incorpora materia orgánica como compost o estiércol animal junto con cultivos de cobertura.
P. ¿Cuáles son las mejores técnicas de riego para mantener la salud del suelo?
R. Implementa métodos de riego eficientes, como riego por goteo o acolchado, para preservar la estructura del suelo, prevenir la compactación y abordar el estrés de nutrientes.
P. ¿Cómo puedo gestionar la fertilización para una salud óptima del suelo?
R. Usa fertilizantes equilibrados y sigue las recomendaciones de las pruebas de suelo, adhiriéndose a las cuatro R del uso de fertilizantes: momento adecuado, tasa adecuada, lugar adecuado y tipo adecuado.
P. ¿Qué métodos de labranza reducida mejoran la aireación y retención de humedad del suelo?
R. Adopta métodos de labranza reducida, como la labranza en franjas o la labranza vertical, para equilibrar la aireación y la retención de humedad, asegurando un suelo más saludable.
P. ¿Cómo pueden la gestión integrada de plagas y la intersiembra mejorar la salud del suelo?
R. Adopta prácticas proactivas de manejo de plagas, incluyendo cultivos de empuje/tiro y cultivos de cobertura supresores de plagas. Explora la intersiembra para mejorar la salud del suelo sin comprometer el rendimiento.
P. ¿Por qué es importante diversificar la rotación de cultivos para la salud del suelo?
R. Diversifica las rotaciones de cultivos más allá de las prácticas comunes como las rotaciones de maíz-soja para maximizar los beneficios para la salud del suelo.
P. ¿Cuál es el papel de los productos biológicos en la mejora del microbioma del suelo?
R. Los productos bioestimulantes, incluidos los inoculantes biológicos, pueden producir mejoras biológicas en las funciones del microbioma del suelo según factores específicos de la región, el cultivo y el suelo.
Salud del suelo y cambio climático
¿Cómo afecta la salud del suelo al cambio climático?
Numerosas investigaciones y modelos científicos han relacionado el aumento de los gases de efecto invernadero en nuestra atmósfera con el cambio climático. Los principales gases de efecto invernadero son el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano. Todos ellos desempeñan un papel fundamental en la agricultura, tanto en el cultivo de plantas como en la gestión del ganado.
Las plantas absorben dióxido de carbono en el proceso metabólico de la fotosíntesis. El carbono es un componente clave en la formación del tejido vegetal y, en una relación saludable con el microbioma del suelo, la planta enviará carbono, en forma de azúcares simples, al suelo. El cambio climático, los créditos de carbono y la sostenibilidad se han convertido en temas tan debatidos en el campo de la agronomía, porque se ha demostrado que los suelos tienen potencial como sumideros de carbono. La intensa actividad microbiana en los sistemas agrícolas ofrece una gran oportunidad para almacenar o secuestrar carbono en el suelo. Los estudios demuestran que la capacidad del suelo para almacenar carbono a largo plazo es muy variable en función del cultivo, la composición microbiana y las prácticas de gestión. Por ejemplo, los hongos suelen vivir más y almacenar carbono durante más tiempo que las bacterias.
Según el Foro Económico Mundial, "los suelos han sido históricamente el activo más pasado por alto para mejorar la agricultura y mitigar el cambio climático". Los suelos pueden liberar y secuestrar carbono en función del equilibrio de los microbios del suelo y de los procesos bioquímicos y biofísicos que dictan la formación o el agotamiento de la materia orgánica del suelo, compuesta en gran parte por carbono. Los microbios secuestran carbono a través de diferentes procesos. Algunos microbios, comúnmente denominados especies autótrofas, pueden secuestrar carbono al asimilarlo directamente del CO2 en la atmósfera, de manera similar a las plantas, mediante el proceso de fotosíntesis. Otros microbios secuestran carbono recibiendo y absorbiendo carbono de los exudados de las raíces de las plantas. Pero podría decirse que la forma más importante en que los microbios contribuyen al secuestro de carbono es a través del proceso de descomposición o liberación de materia orgánica, en el que descomponen materiales orgánicos como los residuos de los cultivos y secuestran el carbono disponible en su biomasa. A medida que los microbios mueren, su biomasa (y el carbono acumulado en ella) puede estabilizarse aún más en el perfil del suelo. Sin embargo, los microbios también liberan carbono del suelo, provocando una pérdida neta. Esto ocurre a través de procesos metabólicos que incluyen la respiración aeróbica, la metanogénesis y la fermentación. Si bien estos procesos metabólicos son esenciales para el crecimiento de los microbios, también pueden reducir el potencial de secuestrar carbono en el suelo.
Se ha demostrado que varias prácticas de gestión del suelo contribuyen al secuestro de carbono, y quizá te preguntes cómo monitorearlas en tu explotación. En Biome Makers, analizamos los datos de funcionalidad microbiana a través de vías de ganancia y pérdida. Para el ciclo del carbono, observamos componentes como la respiración aeróbica, la fermentación y la metanogénesis, así como la liberación de materia orgánica y el potencial de secuestro de carbono.
Tanto si estás interesado en validar los efectos sobre tu suelo de prácticas como el pastoreo rotacional, los cultivos de cobertura o los insumos biológicos, la tecnología BeCrop® puede servir para proporcionar información e identificar áreas en las que tomar decisiones de gestión inteligentes desde el punto de vista climático.
El secreto de la salud del suelo
¿Cómo adoptar un enfoque sistémico para un suelo saludable?
Cada explotación es única y tiene sus propios desafíos. Adoptar un enfoque sistémico para proteger tu suelo permitirá la mayor flexibilidad y versatilidad. Tal vez incorpores una nueva planta que crezca bien con tu sistema de cultivo actual o reduzcas lentamente la labranza en una área del cultivo y compares los resultados. Y analizar tu suelo es clave: no puedes optimizar lo que no puedes medir.
¿Cómo puedo comprobar la salud de mi suelo?
Hay tres análisis principales que pueden utilizarse para evaluar la salud del suelo: análisis físico, químico y biológico.
- Análisis físico del suelo: Los análisis físicos implican observar y medir las propiedades físicas del suelo, como la textura, estructura, color y contenido de humedad. Estos análisis suelen ser rápidos y fáciles de realizar, y pueden proporcionar información valiosa sobre el estado actual del suelo.
- Análisis químicos del suelo: Los análisis químicos implican analizar el suelo para detectar la presencia de nutrientes específicos, como nitrógeno, fósforo y potasio. También pueden proporcionar un análisis del pH del suelo y evaluar otros parámetros químicos, como la salinidad. Estos análisis suelen ser más lentos y costosos que los análisis físicos, pero pueden proporcionar información más detallada sobre el contenido de nutrientes y la composición química del suelo.
- Análisis biológicos del suelo: Los análisis biológicos implican medir la salud del suelo mediante el examen de la salud general del ecosistema del suelo. Estas pruebas se pueden usar para evaluar la presencia, diversidad, actividad y abundancia de microbios del suelo, así como su papel en el ciclo de nutrientes y otras funciones importantes. Aunque los análisis biológicos suelen ser más complejos y lentos que los análisis físicos o químicos, pueden proporcionar valiosos conocimientos sobre la salud y el funcionamiento del ecosistema del suelo.
Lee la Guía Completa sobre el Análisis del Suelo para obtener más información >>
¿Cuál es el secreto definitivo para restaurar la salud del suelo?
En los últimos años, ha cambiado el paradigma. Con la tecnología de secuenciación genética de última generación y la microscopía, junto con los avances en análisis de datos y aprendizaje automático, se ha abierto un mundo completamente nuevo bajo la superficie. Nadie podría haber predicho que los microscopios de alta tecnología y los análisis genómicos de laboratorio podrían convertirse en herramientas tan valiosas en la caja de herramientas de un agricultor. Gracias a estas tecnologías en crecimiento, ahora sabemos que los microorganismos son nuestros aliados contra las enfermedades de las plantas, las plagas, la erosión e incluso las emisiones de gases.
Con estos nuevos conocimientos, los agricultores, asesores de cultivos y científicos de todo el mundo han descubierto el secreto para restaurar la salud del suelo: trabajar con los microbios en lugar de contra ellos.
BeCrop® Test: El análisis biológico del suelo más avanzado
Nuestras herramientas de análisis del microbioma del suelo ofrecen la evaluación más completa de la salud del suelo, con informes sobre las funciones biológicas del suelo para todos los cultivos.
BeCrop® Test: La herramienta de toma de decisiones agronómicas para la productividad de los cultivos
¿Qué es BeCrop® Test?
El análisis de salud del suelo BeCrop® proporciona un informe fácil de usar sobre el ciclo de nutrientes del suelo, la biodiversidad y la salud general de cualquier campo. El informe proporciona una visión basada en datos de las funciones globales de las redes microbianas.
- Analiza las mejoras en el rendimiento
- Evalúa el ciclo de nutrientes
- Predice riesgos de enfermedades
- Monitorea las prácticas agrícolas
Las mejores decisiones agrícolas se basan en datos biológicos del suelo.
BeCrop® Test permite a los agricultores y asesores:
- Optimizar insumos para mejorar las ganancias y el rendimiento de la inversión de la explotación
- Identificar las causas fundamentales del bajo rendimiento de los cultivos
- Predecir el riesgo de enfermedades a tiempo para actuar
- Solucionar los problemas de salud del suelo
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Resumen
Un suelo saludable es como un superhéroe anónimo que trabaja en las sombras para asegurar cosechas prósperas, agua limpia y un mundo sostenible. Reconocer y aprovechar el potencial del microbioma del suelo se está volviendo cada vez más crucial en el ámbito de la agricultura sostenible y la salud humana.
Al analizar y comprender la salud del suelo, los agricultores y asesores dispondrán de herramientas prácticas para mejorar las funciones del suelo y el rendimiento de los cultivos, predecir y prevenir las deficiencias del suelo y las enfermedades de los cultivos, tomar decisiones de insumos mejor informadas y mejorar la sostenibilidad.
Consulta la Guía completa sobre el Análisis del Suelo para obtener más información >>
Colaboradores:
Gus Plamann
Agrónomo
Joy Youwakim
Agrónoma
Jamie Nix
Redactora de contenidos
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